
Ansiedad y miedos
Un 50% de los perros sufren miedo o ansiedad a situaciones concretas, por lo cual es muy frecuente tener que tratar estos casos.
Una escacez de impronta por parte de la madre o una mala impronta por parte de una madre miedosa, el estrés, una baja exposición del cachorro durante el corto período de socialización o exposición a estímulos, la depresión, la ansiedad y la sobreprotección, entre otros, pueden provocar alteraciones en el comportamiento del perro, que pueden ir aumentando con el pasar del tiempo, afectando su salud y estabilidad emocional.
La falta de conocimiento por parte del guía o tutor, entre otros, provoca en muchos casos que el perro deba gestionar la situación por cuenta propia (aun teniendo el guía al lado), lo que trae como consecuencia, reacciones por parte del perro ante eso que le agobia e inclusive, hacia el mismo guía por frustración.
Signos típicos de la ansiedad y el miedo ante un estímulo:
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Jadeo excesivo
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Muestra señales de calma
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Temblor, agitación
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Esconderse o refugiarse
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Pulso acelerado / Inquietud
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Se tumba, inmoviliza
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Se niega a comer
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Muestra hipervigilancia
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Ladrido
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Aferramiento anormal al dueño
Un educador canino o un etólogo son las personas a las que deber acudir si notas que tu perro tiene miedo o ansiedad, para que puedan evaluarlo y guiarte en la mejor manera para ayudarle a normalizar estos estímulos. Es muy común que un perro con miedo, siempre sea un perro temeroso, así que lo mejor que debes hacer es aprender a conocer el lenguaje canino y cómo comunicarte con él, que se fortalezca el vínculo correctamente y que ante un estímulo que le agobie, sepa que tu sabrás ayudarle a gestionar la situación (nada tiene que ver con esto, la sobreprotección).
A esto se le llama desensibilización sistemática y controlada, es un proceso largo que requiere mucha paciencia, pero le permitirá a tu perro ir mejorando con el pasar del tiempo y poder vivir con menos estrés, uno de los factores que más daña la salud de los perros hoy en día.
NO EXISTEN LOS ATAJOS, el miedo o la ansiedad no se resuelven a corto plazo. Por otro lado, el método de inundación del estímulo ampliamente recomendado por adiestradores tradicionales, puede llegar a ser contraproducente en algunos casos y el perro podría pasar de tener miedo a sufrir pánico, con el daño emocional que esto conlleva.